miércoles, 15 de junio de 2011

MI PRIMER POEMA.




MI TIERRA ANDALUZA.


Vivo en Andalucía,
en la tierra del aceite
y del vino.
El flamenco y la rumba, 
del pescadito frito
y los espetos de sardinas.


Vivo en una tierra,
de olor a azahar,
a mantecados,
a incienso de semana Santa,
a pólvora de tracas festivas,
chirigotas y a la mar.


Vivo en un paraíso sin fin,
con ocho hijos como tesoros,
que llenas de orgullo su nombre.


Córdoba me vio nacer,
y le voy a agradecer tanta belleza
cultura y personal.


En Jaén estoy tan contento
como si estuviera en un cuento.


En Sevilla me pongo a bailar
con tantas Sevillanas no puedo parar.


En Huelva quiero viajar
con cual quiera de las tres,
¡a mí me da igual!.
Descubrir un nuevo horizonte
como Cristóbal Colón
lo hizo entonces.


A Cádiz la quiero contenta,
disfrazada, cantando y motera.
El vino de su tierra:
el manzanilla,
riega su feria.

En Málaga veraneo,
los espetos de sardinas
y el Falla los espero.


Granada lo tiene todo:
sol y nieve,
montañas y Alambra...

Almería también tiene su gracia,
¡ve y lo descubrirás!.
También hay playa como en las demás.

Este es el retrato de mi querida Andalucía,
donde se sueña de noche y de día,
aunque no siempre hay alegría, mi fiesta,
mi bebida... ¡Cada andaluz es un nuevo día!.


Veo por el olivar a temporeros pasar,
con los ojos de triste esperanza y sueños de
verde aceite, muy frágiles casi siempre se rompen...


Trabajan duro la tierra y no desesperan; con
sudor y en carne viva los huesos les flaquean,
aunque nunca se quejan, el dolor verdadero
estalla cuando los hijos les relevan...
Una tradición que pesa y que acaba en nuestra mesa.


El buen aceite se acompaña de buena gente:
la que sufre y baila, la que llora y canta,
la que se resigna y reza, la que ríe cuando no hay razón,
la que es todo corazón.

FIN.



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